lunes, 18 de agosto de 2008

LO QUE NO PODEMOS CAMBIAR


Tragedia es la imposibilidad de recuperar nuestros besos de quien resultó no merecerlos; es tener que devolver tempranamente a la tierra los hijos que ésta nos dio; es el amigo íntimo de otro tiempo que ahora nos aborrece, como a una resaca de media mañana. Tragedia es el jarrón azul que se vuelve añicos, la palabra solemne que se escurre por el desagüe y el juramento hecho sobre una Biblia falsa. Tragedia es la calvicie y el desamor; la vejez y los impuestos. Tragedia son las vacaciones que se cancelan, y también las que se toman, para luego desear haberlas cancelado. Y la mayor de todas las tragedias es, acaso, no saber aceptarlas; es la incapacidad de incorporarlas a la vida con la gracia y la naturalidad con la que actúan a menudo los niños, los locos y otros iluminados.


Gioconda

2 comentarios:

Ana dijo...

Excelente Gioconda, en pocas líneas resumes las tragedias elementales y cotidianas, las que muchos hemos sufrido y las que vemos a otros padecer. Te felicito, está muy bueno ese texto.
Ana Lourdes

Anónimo dijo...

La tragedia es la vida misma, con notas de comedia, para darle la razón a Lope de Vega.
Un saludo