sábado, 9 de agosto de 2008

SOLES EN TIEMPO DE LLUVIA


Tantos soles que se puso el Generalísimo Comandante en Jefe - Omnipresente Señor del Ejército Bolivariano mismo - y ninguno sirve para iluminar un poco esta anárquica y hostil ciudad.
Esta ciudad se volvió puro nubarrón, pura lluvia, puro barro, pura queja.

La ciudad del “mientras tanto y por si acaso” como la llamó Cabrujas. El “país de tanta luz y tanto absurdo” como lo definió Pérez Bonalde.

Robert quería una historia, pero es que la historia ya no existe. Apenas quedan rastros, como rayones de tiza en el piso: todo el que camina por encima de ellos, los borra. Yo quería escribir algo chistoso, pero estoy lúgubre. Debe ser la lluvia. Igual los extraño.

Diana

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